El nuevo
diseño del Registro Civil que está impulsando el Ministerio de Justicia y que
entrega la gestión de este organismo a los registradores no para de encontrar
obstáculos y cada vez son más las voces que pronostican que no saldrá adelante.
Las
críticas al proyecto llegan desde diversos ámbitos, pero ahora son los propios
registradores quienes protestan contra un modelo que, según han asegurado
algunos miembros de este colectivo a EXPANSIÓN, "va a ser un auténtico
desastre tanto para ellos como para los ciudadanos".
La
reforma consiste en asignar a este colectivo de fedatarios públicos la gestión
del Registro Civil, una medida que es consecuencia de una ley del Gobierno de
José Luis Rodríguez Zapatero que se estableció la desjudicialización del
Registro Civil, fijando 2014 como fecha para poner en marcha un nuevo modelo,
sin especificar en ese momento quién se haría cargo del mismo. El Ministerio de
Justicia, a través de su Dirección General de Registros y del Notariado, ha
decidido que sean los registradores quienes asuman el mando, pero dentro del
cuerpo se han generado fuertes discrepancias.